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Pastores de Cristo

UNA PUBLICACIÓN DE ESPIRITUALIDAD PARA SACERDOTES

1999 - Ejemplar 2

INDICE


El Pastor Principal del Rebaño

Su Cuerpo, la Iglesia

"Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas. El asalariado, que no es pastor, ni dueño de las ovejas, huye ante el lobo abandonándolas, el lobo las agarra y las dispersa, porque no es más que un asalariado y no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor: conozco las mías y las mías me conocen a mí. Así como me conoce el Padre, también yo conozco al Padre, y yo doy mi vida por mis ovejas." (Jn 10:11-15)1.

Sí, el Buen Pastor ha entregado su vida por nosotros. Dio su vida para que nosotros pudiéramos tener vida en El. Esta vida que gloriosamente poseemos en Cristo, la vivimos en la Iglesia. La Iglesia misma surgió del costado atravesado de Jesús. El Vaticano II nos dice: "Pues del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de la Iglesia entera"2

Aquí siguen unos pensamientos a cerca de la Iglesia:


La Unión con Cristo

La vida espiritual está centrada en la unión con Jesús. Aquí tenemos unas palabras que nos ofrecen una visión de nuestra vida en Cristo: "Ninguna osadía humana llevada incluso hasta el más alto grado podría levantarse con toda la fuerza del alma que se necesita para llevar a la práctica los principios de vida sobre los que el Hombre-Dios actuaba. La mera convicción de que su orientación y su estilo de vida son los más excelentes y los más dignos de imitación no es suficiente para nosotros. Es más descorazonador que inspirador tener que aprobar y luego ser incapaces de imitar. Y admiración que no conduce a la imitación es algo estéril. El cristiano por su misma vocación está llamado a expresar a Cristo en su propia vida. Hacer esto exige una fuerza divina. Esta fuerza está, de manera misteriosa, latente en los misterios en la vida del Salvador en la tierra. Estos misterios tienen un carácter quasisacramental. Cada uno es una manifestación de lo divino. Es eso y algo más. Para los que por la fe se entregan a Cristo en una voluntad de unirse a El, el misterio posee un poder divinizador. Puede entrar en contacto con las experiencias ordinarias de la vida del cristiano e impartirles un valor y dignidad sobrehumanas.

"Los misterios de la vida de Jesús no son inertes, estáticos, … Son vivos y dinámicos. Han sido vividos por los miembros de Cristo. Todos los momentos por los que el Salvador atravesó, todas las experiencias humanas por las que él deseó pasar, tienen como objetivo la santificación de todo lo que entra a formar parte de manera deliberada en la vida de un hombre. Estos misterios de su amor acumularon amplias reservas de mérito en orden a comunicar esta cualidad humano-divina a todo el quehacer del cristiano y sus sufrimientos.

"Para que este proceso divinizador tome lugar, se requiere un ansiado contacto entre la persona y Cristo. Este contacto se lleva a cabo por la actividad de la virtud de la fe. Se perfecciona por simpatía y amor. El cristiano que quiere tener la vida de Cristo que se desarrolla en él mismo, tiene que probar una mente, imaginación y corazón agudos… acerca de la vocación terrena de Jesús. Tiene que aspirar a una sintonía con el Salvador en todo lo que él atravesó. Tiene que afanarse en identificarse él mismo con el divino Maestro, en pensar como El, sentir como El, juzgar como El, ver con sus ojos y hablar con su lengua. Tiene que querer ser como era el Salvador en todas estas circunstancias…

"El Hijo del Hombre está siempre al servicio para bien de sus hermanos y hermanas. La transformación de sus almas es la preocupación principal, aunque no es indiferente a su salud corporal. Es cierto, pues, que si un alma apuesta por El en fe, y confía recibir un flujo de la vida divina a través de ese contacto, sus esperanzas se verán cumplidas. El mismo Cristo nos dijo que vino a dar vida. Por vida él entendía la vida sobrenatural de la gracia divina.

"Los misterios de Cristo pertenecen a todos los miembros de Cristo. Para asegurar las ventajas que se derivan de su privilegiada condición los miembros de Cristo tienen que proponerse deliberadamente armonizar los pensamientos, los afectos y las aspiraciones con los del Señor. Tienen que intentar ser, de hecho, un espíritu con El. Es esta 'Singularidad' de ideal espiritual la que libera los torrentes de vida acumulados a través de los méritos de Cristo y los permite extenderse por el alma…

"Los acontecimientos de los treintaitrés años no tienen que ser una obligación impuesta por el cristiano en el sentido de que tiene que experimentar exactamente unas situaciones similares. Es el espíritu de estas experiencias lo que importa. Y es al poner ese espíritu en sus propios encuentros con las circunstancias donde el cristiano asume la condición que posibilita a la virtud y a los méritos de Cristo trasformar sus acciones en algo de valor divino. Se puede actualizar una excelente imitación del Señor sin exigir nada de extraordinario en lo que se refiere a pobreza, sufrimientos, juicios o persecuciones."8


La Eucaristía


El Espíritu Santo Y María

El último Arzobispo de Méjico, Luis M. Martínez, habla con enorme énfasis de la continua cooperación de María con el Espíritu Santo en lo que se refiere a la reproducción de Jesús en nosotros: "La vida cristiana es la reproducción de Jesús en las almas…

"Ahora, ¿cómo se va a llevar a cabo esta reproducción mística en las almas? De la misma manera en que Jesús vino al mundo porque Dios da una maravillosa marca de unidad a todos sus trabajos. Los actos divinos tienen una riqueza de variedad porque son el trabajo del omnipotente; sin embargo, en ellos brilla la más perfecta unidad porque son el fruto de la sabiduría; y este contraste divino de unidad y variedad estampan los trabajos de Dios con una belleza sublime e indescriptible.

" En su nacimiento milagroso, Jesús fue el fruto del cielo y de la tierra... El Espíritu Santo extendió la fecundidad divina del Padre a María, y este alma virginal trajo de una manera inefable a nuestro más ansiado Salvador, Semilla Divina, como los profetas lo llamaron…

"Esa es la forma como El es reproducido en las almas. El es siempre el fruto del cielo y de la tierra.

"Dos artesanos tienen que colaborar en el trabajo que es a la vez la pieza maestra de Dios y el fruto más excelente de la humanidad: el Espíritu Santo y la Santísima Virgen María. Las almas necesitan dos santificadores, el Espíritu Santo y la Virgen María, porque ellos son los únicos que pueden reproducir a Cristo.

"Indudablemente el Espíritu Santo y la Virgen María santifican de forma distinta. El primero es el santificador por esencia: porque es Dios, que es santidad infinita; porque El es el amor personal que completa, y así comunica, la santidad de Dios, consumando su vida y su unidad, y pertenece a El comunicar a las almas el misterio de la santidad. La Virgen María por su parte es, la cooperadora, el instrumento indispensable en y por designio de Dios. De la relación maternal de María al cuerpo humano de Cristo se deriva su relación a su Cuerpo Místico que se está formando a través de todos los siglos hasta el final de los tiempos, cuando será elevado a los cielos, bello, espléndido, completo y glorioso.

"Los dos, pues, el Espíritu Santo y María, son los santificadores indispensables de las almas. Cualquier santo en el cielo puede cooperar en la santificación de un alma, pero su cooperación no es necesaria, ni profunda, ni constante; mientras que la cooperación de estos dos artesanos de Jesús, de los que hemos estado hablando, es tan necesaria que sin ella las almas no son santificadas (y esto por el designio actual de la Providencia), y tan íntima es que alcanza a lo más profundo de nuestra alma. Como el Espíritu Santo derrama caridad en nuestro corazón, hace una morada de nuestra alma, y dirige nuestra vida espiritual por medio de sus dones. La Virgen María lleva a cabo la influencia eficaz de mediadora, el más profundo y delicado trabajo de la gracia en nuestras almas. Y, finalmente, la acción del Espíritu Santo y la cooperación de la Santísima Virgen son constantes; sin ellos ni un simple rasgo de Jesús podría ser impreso en nuestras almas, ni podría crecer la virtud, ni podría desarrollarse ningún don, ni aumentaría la gracia, ni se fortalecerían los lazos de unión con Dios en el rico florecer de la vida espiritual.

"Tal es el lugar que el Espíritu Santo y la Virgen María tienen en el orden de la santificación. Por tanto, la piedad cristiana debería poner a estos dos artesanos de Cristo en su puesto auténtico, haciendo que la devoción a ellos sea necesaria, profunda, y constante."14


El Sacerdocio


La Oración

Estando Jesús en una de esas ciudades, se presentó un hombre cubierto de lepra. Apenas vio a Jesús, se postró con la cara en tierra y le hizo esta súplica: "Señor, si quieres puedes limpiarme." Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Lo quiero, queda limpio" Al instante sanó de la lepra. Pero Jesús le mandó que no lo dijera a nadie. "Anda más bien a presentarte al sacerdote y lleva la ofrenda tal como lo mandó Moisés cuando un leproso sana. Con esto serán testigos de su curación."

Su fama crecía más y más, y muchas personas acudían a oírlo, y para que los sanara de sus enfermedades."(Lc 5, 12-15)

En más de una ocasión nos hemos dicho a nosotros mismos que estabamos muy ocupados para poder orar. Estamos hablando de establecer tiempos específicos de oración. No estamos hablando de la oración incluida en la acción, o de esa actitud de oración que debiera impregnar nuestra actividad diaria. Esa actitud de oración en la acción nos permite llegar a una más profunda consciencia cristiana de lo que estamos haciendo y porqué lo hacemos.

No podemos decir de nosotros mismos que estamos más ocupados que Jesús, que tenemos que realizar un trabajo más importante que el suyo. Sin embargo, como se deduce del pasaje anterior de la Escritura, Jesús se asignaba tiempos especiales de oración. Muchos hombres y mujeres, cristianos santos de todos los estados de vida han encontrado siempre de la misma manera tiempo para orar. Sin embargo, eran más eficaces en su trabajo precisamente porque oraban.

La oración sirve a muy diversos fines. Una de sus funciones es moldearnos para ser trabajadores más efectivos en la viña del Padre. La oración nos ayuda a controlar preocupaciones y ansiedades. La preocupación y la ansiedad, obviamente, pueden hacer que nuestro trabajo sea menos eficaz. No podemos esperar que la oración remueva toda ansiedad de nuestra vida. Pero la oración aporta una contribución significativa para hacernos cristianos que están básicamente impregnados de la paz de Cristo. Si somos personas de oración, crecemos en el conocimiento de lo que significa ser amados por Jesús, y, consiguientemente estamos en posición de controlar toda preocupación y ansiedad. La oración también nos ayuda en nuestro trabajo dándonos la motivación para hacer lo correcto en el momento preciso. A veces fallamos al hacer el trabajo del Señor porque no estamos suficientemente motivados. La oración puede también ayudarnos a hacer nuestro trabajo con una calidad cristiana mayor --la oración puede ayudar a impregnar nuestro trabajo con una fe, esperanza y amor más profundos.

Estas son algunas de las formas como la oración nos ayuda a realizar nuestro trabajo con mayor efectividad. Cuando hagamos una pausa para analizar la situación, entonces, tendremos que admitir que realmente no estamos tan ocupados como para no orar.


Una Palabras de Henri Nouwen

Henri Nouwen ha sido uno de los escritores de espiritualidad más fecundos y bien conocidos en nuestro tiempo. Aquí siguen algunos extractos de sus escritos.


Pensamientos Varios


Confía en el Señor

S. Claude La Colombière, uno de los mayores apóstoles del Corazón de Jesús, habla elocuentemente en lo que concierne al abandono y confianza en Dios. La confianza en Dios es uno de los mayores frutos de la devoción al Corazón de Jesús. Claude dice: "Dios mío, estoy tan convencido de que tú vigilas y cuidas de los que esperan en ti y que no podemos desear otra cosa cuando buscamos todo en ti, que estoy resuelto en el futuro a vivir libre de toda preocupación y orientar hacia ti todas mis ansiedades…

"El hombre puede privarme de las posesiones y el honor, la enfermedad puede despojarme de la fuerza y de los medios para servirte… pero yo nunca perderé mi esperanza. La conservaré hasta el último momento de mi vida; y en ese momento todos los demonios del infierno se afanarán en vano por arrancármela…

"Algunos pueden buscar la felicidad en su riqueza o talentos; otros se reconfortan en la inocencia de su vida o en la austeridad de su penitencia, o en la cantidad de sus limosnas, o en el fervor de sus oraciones. Mientras que para mí, Señor, toda mi confianza es la confianza misma. Esta confianza no ha decepcionado nunca a nadie. Ninguno, ninguno que haya confiado en el Señor ha sido confundido.

"Yo sé, lo único que sé es, que yo también soy débil e inestable. Sé lo que la tentación puede hacer en contra de la virtud más robusta. He visto caer las estrellas del cielo y los pilares del firmamento, pero eso no llega asustarme. Por todo el tiempo que yo espere me veré libre de toda desgracia; y estoy seguro de esperar siempre, ya que espero por esta esperanza incambiable.

"Finalmente, estoy seguro que no puedo esperar demasiado en ti y que no puedo recibir menos de lo que esperé de ti. Así, espero que me conserves fuerte en las pendientes más empinadas, que me mantengas firme ante los asaltos más furiosos, y que hagas triunfar mi debilidad sobre los enemigos más devastadores. Espero que me quieras siempre, y que yo también te quiera sin interrupción. Para llevar mi esperanza de una vez por todas hasta el máximo, espero de ti poseerte, oh mi Creador, en esta vida y en la eternidad. Amen."21


El cristiano y el orden social

El Papa Juan Pablo II afirma: "La experiencia histórica del Oeste, por su parte, nos muestra que aunque el análisis marxista y sus principios de alienación son falsos, sin embargo la alienación -y la pérdida del auténtico significado de la vida- es también una realidad en las sociedades del Oeste. Esto sucede con el consumismo, cuando la gente ha sido enredada en una red de gratificaciones falsas y superficiales más que ayudados a experimentar su personalidad de una forma auténtica y concreta. La alienación se encuentra también en el trabajo, cuando el trabajo es organizado de tal manera que asegure al máximo la inversión y los beneficios sin preocuparse si el trabajador, a través de su propio esfuerzo, crece o disminuye como persona…

"El concepto de alienación necesita ser devuelto a la visión cristiana de la realidad, reconociendo en la alienación una inversión de los medios y fines. Cuando el hombre no reconoce en sí mismo y en los demás el valor y la grandeza de la persona, de hecho se está privando él mismo de la posibilidad de beneficiarse de su humanidad y de entrar en esa relación de solidaridad y comunión con los otros para la que Dios le ha creado. En realidad, es a través de la donación personal libre de uno mismo como uno llega a encontrarse auténticamente a sí mismo. Esta entrega se hace posible por la esencial 'capacidad de transcendencia' de la persona humana. Uno no se puede dar a sí mismo en realidad, en toda su pureza, a un plan humano, a un ideal abstracto o a una utopía falsa. Como persona, uno puede darse a sí mismo a otra persona o a otras personas y definitivamente a Dios que es el autor de nuestro ser y quien únicamente puede aceptar en plenitud nuestra ofrenda. Una persona se aliena a sí misma si rehusa transcenderse a sí misma y si rehusa vivir la experiencia de la propia donación y de la formación de una comunidad auténticamente humana orientada hacia su destino final que Dios. Una sociedad está alienada si sus formas de organización social, de producción y de consumo le hacen más difícil ofrecer el don de sí y establecer esta solidaridad entre la gente."22


Una Oración pos los Sacerdotes

Muchos laicos rezan por nosotros, y de manera organizada. ¿No es justo que también nosotros recemos por todos nuestros hermanos en el sacerdocio, y de manera regular? Aquí sigue una oración que nos puede ayudar en este intento.

"Señor Jesús, Pastor Supremo del rebaño, te rogamos que por el inmenso amor y misericordia de tu Sagrado Corazón, atiendas todas las necesidades de tus sacerdotes, pastores del mundo entero. Te pedimos que retomes en tu Corazón todos aquellos sacerdotes que se han alejado de tu camino, que enciendas de nuevo el deseo de santidad en los corazones de aquellos sacerdotes que han caído en la tibieza, y que continúes otorgando a tus sacerdotes fervientes el deseo de una mayor santidad. Unidos a tu Corazón y el Corazón de María, te pedimos que envíes esta petición a tu Padre celestial, en la unidad del Espíritu Santo. Amén."

Esta oración ha sido tomada del Manual de Oraciones de los Asociados de Pastores de Cristo, una rama de los Ministerios de Pastores de Cristo. Los asociados son miembros de los grupos de oración que se reúnen regularmente a orar por las necesidades de toda la familia humana, pero especialmente por los sacerdotes. Si le interesa una o varias copias de este manual de oración, y más aún, si le gustaría recibir información de cómo comenzar un grupo de Pastores de Cristo, póngase en contacto con nosotros en la siguiente dirección:

Shepherds of Christ, P.O. Box 193, Morrow, Ohio 45152-0193
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Acto de Consagración

Señor Jesús, Pastor Principal del Rebaño, consagro mi vida sacerdotal a tu Corazón, traspasado en el Calvario por nuestro amor. De tu Corazón traspasado nació la Iglesia, la Iglesia a la que me has llamado, como sacerdote, para servir de la manera más selecta. Revelas tu Corazón como el símbolo de tu amor en todos sus aspectos, incluyendo el más delicado amor por mí, a quien has elegido como tu sacerdote-compañero. Ayúdame siempre para entregar mi vida en servicio a Dios y al prójimo. ¡Corazón de Jesús yo pongo en Ti mi confianza!

Bienaventurada Virgen María, me consagro a tu maternal e Inmaculado Corazón, este Corazón que es el símbolo de tu vida de amor. Tú eres la Madre de mi Salvador. Tú eres también mi Madre. Tú me quieres con el más selecto amor como si fuese tu único hijo-sacerdote. Y en respuesta, me entrego enteramente a tu amor y protección maternal. Tú seguiste a Jesús a la perfección. Tú eres el primer y perfecto discípulo. Enséñame a imitarte en la forma de presentar a Cristo. Sé mi maternal intercesora para que a través de tu Corazón Inmaculado yo pueda ser guiado a una unión cada vez más cercana al traspasado Corazón de Jesús, Primer Pastor del Rebaño, que me conduce al Padre en el Espíritu Santo.


Cartas

Nosotros los sacerdotes recibimos cantidad de correo para la parroquia y para los diversos ministerios y responsabilidades. Estaba dudoso de que hubiera algo para el párroco, y qué cosa tan fenomenal es, "¡Pastores de Cristo!" Es como conseguir un mini-retiro por correo. ¡Qué bueno que haga esto para nosotros! Que el Señor le bendiga.

Sinceramente en Cristo y su Madre Bendita,

P. Guilbert Manaric
Skidmore, Texas


Gracias. Acabo de recibir su carta Pastores de Cristo, el número 5, publicado en 1998. Estaba ansiosamente esperándola para distribuir este material entre nuestro clero y seminaristas. Cada ejemplar es una preciosa y pequeña mina de reflexión que nos ayuda a los sacerdotes, siempre en camino, a detenernos y dar lugar al Espíritu.

Sinceramente en Cristo, el Buen Pastor

P. Joseph M. Galdes, S.J.
Victoria, Gozo - Malta


NOTAS:

  1. Las citas bíblicas son tomadas de La Nueva Biblia Latinoamericana, Ediciones Paulinas (Madrid) y Verbo Divino (Estella, Navarra).
  2. Los Documentos del Vaticano II, "Constitución sobre la Sagrada Liturgia" America Press Edition, núm. 5.
  3. Avery Dulles, S.J. Modelos de la Iglesia, Doubleday & Co., P. 63.
  4. El Papa Juan Pablo II, Carta Encíclica, Rico en Misericordia, United States Catholic Conference, núm. 3.
  5. Los Documentos del Vaticano II, "Constitución sobre la Sagrada Liturgia" America Press Edition, núm. 10
  6. Henri de Lubac, La Maternidad de la Iglesia, Ignatius Press, pp. 71-72.
  7. Gerald Vann, O.P., El Corazón del Hombre, Longmans, Green and Co. , pp. 151-152.
  8. Edward Jean, C.S. Sp., La Vid verdadera y los Sarmientos, Kenedy, pp. 24-28.
  9. Los Documentos del Vaticano II, "Constitución sobre la Sagrada Liturgia" America Press Edition, núm. 47
  10. Ibid, núm. 48.
  11. El Papa Pio XII, Carta Encíclica, El Cuerpo Místico, AAS XXXV, pp. 232-233.
  12. Slavko Barbaric, O.F.M., Celebra la Misa en tu corazón, Faith Publishing, pág. 109.
  13. Carta de Juan Pablo II, El Misterio y Culto de la Eucaristía, Pauline Books and Media, núm. 3.
  14. Arzobispo Luis M. Martinez, El Santificador, traducido por Sr. M. Aquinas, O.S.U., Pauline Books and Media, pp. 5-7.
  15. Richard Nahman, O.S.A., "Soy Sacerdote - ¿Qué soy yo?, Revisión Pastoral y Homilética, Enero 1971, pág. 276.
  16. Benedicto J. Groeschel, C.F.R., Un Sacerdote para siempre, Our Sunday Visitor Pub., pág.162.
  17. Nicolás Cachia, La Imagen del Buen Pastor como fuente de espiritualidad para el Sacerdocio Ministerial, Editrice Pontificia Universita Gregoriana, pág. 328.
  18. Henri Nouwen, Aquí y Ahora, Crossroads, pp. 88-89.
  19. Henri Nouwen, Clowning in Rome, Christian Classics, pp. 105-106.
  20. Henri Nouwen, Los Signos de los tiempos. Doubleday, pp. 45-46.
  21. S. Claude La Colombière, "Un Acto de Confianza en Dios", Apostleship of Prayer, Chicago Regional Office.
  22. El Papa Juan Pablo II, Carta Encíclica, En el Centenario de la 'Rerum Novarum', St. Paul Books and media, núm. 41.

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1999, EJEMPLAR 2
Pastores de Cristo

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Pastores de Cristo, una publicación de espiritualidad para sacerdotes, se edita cada dos meses por Shepeherds of Christ Ministries, P.O. Box 193, Morrow, Ohio 45152-0193, USA. Como su distribución es gratis para todos los sacerdotes de los Estados Unidos, y se está extendiendo internacionalmente, sus donaciones son muy importantes para nosotros. Sugerencias y comentarios son bienvenidos, así como los cambios de dirección y direcciones de los [sacerdotes] recién ordenados. El permiso de reproducción está garantizado para uso no-comercial. Editor P. Edward Carter S.J., Profesor de Teología en la Universidad Javier en Cincinnati, Ohio, USA, es el Director Espiritual para Shepherds of Christ Ministries. Presidente de la junta de Directores es John Weickert. Presentación del Buen Pastor por el Hermano Jerome Pryor J.S. Arreglos y diseños gráficos por Marian Mackey. También dedicado al progreso espiritual de los sacerdotes está funcionando una red de conexión mundial de grupos de oración para laicos/religiosos, Asociados a Pastores de Cristo, oficina principal en 2919 Shawhan Road, Morrow, Ohio 45152, USA telefono 513-932-4451, fax 513-932-6791.


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