| Misterios
      Gozosos | 
  
    | 
 | La Anunciación
        
          El
          ángel Gabriel se apareció a María y le pidió ser la Madre de Dios.
           
          Ella
          dijo "sí". ¡María
          tenía una gran fe! Ella
          obedeció siempre la voluntad del Padre.
          María
          se llenó del Espíritu Santo, la Palabra se hizo carne y habitó
          entre nosotros.
           
          ¡Había
          un gran lazo de unión entre Jesús y María desde el momento de la
          concepción!
           
          María
          sintió la vida de Jesús crecer dentro de su vientre.  El
          Sacratísimo Corazón de Jesús se formó en su vientre por obra del
          Espíritu Santo.
           
          Jesús
          quiere estar vivo en nuestros corazones. 
          Deberíamos llevar su vida con gran alegría en nuestro ser.
          
          
          
          
          El
          Espíritu quiere estar vivo en nuestro propio ser con el fuego de su
          amor.
          
          
          Somos
          hijos de Dios.  María nos
          cuida como cuidó a Jesús.
          
          
          
          
          A
          través de María somos dirigidos a un intenso amor en el preciosísimo
          Corazón de Jesús.
          
          
          
          Es
          en verdad el amor de estos Dos Corazones el que nos conducirá a la
          unión con Dios. | 
  
    | 
 | La Visitación
       
        María
          fue a visitar a su prima Isabel.
          
          
          
          
          Cuando
          llegó, el niño en el vientre de Isabel brincó de alegría al estar
          en la presencia de María con Jesús en su vientre.
          
          
          
          
          María
          se llenó del Espíritu Santo y exclamó, en voz alta, la Magnífica.
          
          
          
          
          "María
          dijo entonces: 'Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu
          se alegra en Dios mi Salvador;" (Lc. 1:46-47)
          
          
          
          
          "porque
          se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones
          me llamarán feliz." (Lc. 1:48)
          
          
          
          
          El
          Poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo es su Nombre! (Lc.
          1:49)
          
          
          
          
          Jesús
          no está menos presente en nuestros corazones después de la Comunión
          que cuando estuvo en el vientre de María.
          
          
          
          
          ¿Acaso
          no deberíamos brincar y gritar porque verdaderamente recibimos en
          nuestros corazones al único Dios verdadero?
          
          
          
          
          ¿Estamos
          abiertos al Espíritu Santo para que llene nuestros corazones con el
          amor del único Dios verdadero y de María?
          
          
          
          
          Es
          a través del puro y tierno Corazón de María como amaremos más
          estrechamente a Dios. | 
  
    | 
 | El Nacimiento de Jesús
       
        
          José
          se llenó de alegría al ver el esplendor de la noche, pero se
          entristeció al ver a Jesús nacer en semejante pobreza.
          
          
          
          
          No
          había lugar para que Jesús recostara su cabeza — en un pesebre en
          su nacimiento, en una cruz en su muerte — los dos de madera.
          
          
          
          
          Jesús
          nos enseñó el camino, en total sumisión a la voluntad del Padre. 
          El nos amó tanto que nació como humano, Dios-hecho-hombre.
          
          
          ¡Lo
          que el nacimiento de este bebé, el niño Jesús, hizo para cambiar al
          mundo para siempre!
          
          
          Este
          es Jesús, el Hijo de Dios, que viene a liberar al mundo de sus
          pecados.
          
          
          Jesús
          vino como un pequeño bebé.  El
          nació de María en el pueblito de Belén.
          
          
          Así
          es con Jesús ahora: no suenan las trompetas, no redoblan los tambores. 
          Jesús viene calladamente en cada Misa.
          
          
          Los
          únicos sonidos de trompetas y redoble de tambores están en nuestros
          corazones.
          
          
          Si
          no están conscientes de la verdadera presencia de Cristo en la
          Eucaristía, se pierden el gran acontecimiento.
          
          Jesús,
          el mismo que nació en Belén, viene a nosotros a nuestros corazones
          en la Sagrada Eucaristía. | 
  
    | 
 | La Presentación de Jesús en el
  Templo
       
        
          María
          llevó a Jesús al templo para ser presentado al Padre.
          
          
          
          
          Simeón
          le relató a María sobre los futuros sufrimientos de ella y de Jesús.
          
          
          
          
          José,
          en su tristeza al oir sobre los sufrimientos, fue confortado por la
          alegría de que muchas almas serían redimidas.
          
          
          
          
          Ellos
          volvieron a Galilea al pueblo de Nazaret y Jesús creció en fortaleza
          y sabiduría.  
          
          
          
          
          ¡María,
          con semejante amor, contemplaba a su precioso Hijo!
          
          
          
          
          Ella
          miraba sus preciosos ojos de bebé.
          
          
          
          
          Simeón
          predijo que el corazón de María sería traspasado por una espada de
          dolor.
          
          
          
          
          El
          Corazón de María sería traspasado por una espada porque, así como
          abrazó su cuerpecito de bebé al nacer, ella abrazaría el cuerpo sin
          vida de Jesús bajo la cruz.
          
          
          
          
          ¡Cuánto
          conocería María el Corazón de Jesús! 
          Ella reflexionaba sobre todos los eventos de la vida de Jesús
          en su corazón.  
          
          
          
          Es
          a través del amorosísimo Corazón de María como crecemos en amor
          ferviente por el Corazón de Jesús, su hijo. | 
  
    | 
 | El Niño Jesús Hallado en el Templo
       
        
          Cuando
          Jesús tenía doce años, la Sagrada Familia fue a Jerusalén para la
          Pascua.
          
          
          
          
          Cuando
          terminaron su visita María y José habían viajado ya un día cuando
          se dieron cuenta de que Jesús no estaba con ellos.
          
          
          
          
          Con
          tristeza en sus corazones regresaron a Jerusalén a buscarlo.
          
          
          
          
          Después
          de buscarlo por tres días, lo encontraron en el templo hablando con
          los doctores.
          
          
          
          
          Los
          doctores estaban asombrados de la sabiduría de Jesús.
          
          
          
          
          Jesús
          dijo que tenía que ocuparse de los asuntos de su Padre.
          
          
          
          
          Jesús
          nos enseña hoy a través de su Palabra.
          
          
          
          
          "Jesús
          entonces regresó con ellos, llegando a Nazaret. 
          Posteriormente siguió obedeciéndoles. 
          Su madre, por su parte, guardaba todas estas cosas en su
          corazón." (Lc. 2:51-52)
          
          
          
          
          María,
          si algún día perdemos a Jesús, condúcenos de nuevo a su tierno
          Corazón.
          
          
          
          Jesús,
          ayúdanos a amar a María más. | 
  
    | Misterios
      Dolorosos
 | 
  
    | 
 | La
  Agonía en el Huerto
       
        
          Acompañemos
          a Jesús en el huerto. 
          Arrodillemonos junto a él y sintamos el dolor en su Corazón.
          
          
          
          
          Qué
          tiernamente nos ama él, a tal grado que Dios vino a esta tierra y se
          entregó por amor a nosotros.
          
          
          
          
          Jesús
          es una Persona. 
          El ama a cada uno de nosotros con un amor muy personal.
          
          
          
          
          Jesús
          es una Persona Divina. 
          El nos ama más de lo que cualquier otra persona humana pudiera
          amarnos.
          
          
          
          
          Jesús
          vio ante él todos sus sufrimientos.
          
          
          
          
          Jesús
          conocía los pecados de todos los hombres de todos los tiempos.
          
          
          
          
          Debido
          a su gran amor por nosotros y por toda la humanidad, su Corazón
          estaba en semejante dolor.
          
          
          
          
          Jesús
          nos conoce y nos ama más de lo que nosotros mismos nos amamos y
          conocemos.
          
          
          
          
          Jesús
          está vivo este día y vive en nuestros corazones.
          
          
          
          
          Jesús
          quiere que lo amemos a cada momento pero es olvidado e ignorado y él
          es Dios. | 
  
    | 
 | La
  Flagelación en la Columna.
       
        
          Jesús
          vio en el huerto todos los eventos que sucederían y sufrió tanto que
          sudó sangre.
          
          
          
          
          Ellos
          se llevaron a Jesús como si fuera un criminal y lo ataron a una
          columna.
          
          
          
          
          En
          cualquier momento Jesús hubiera podido detener a los hombres, pero,
          debido a su gran amor por nosotros, permitió que lo azotaran.
          
          
          
          
          Jesús
          hizo ésto, permitió que lo azotaran, por mí.
          
          
          
          
          Dios
          te salve María…
          
          
          
          
          Muchas
          veces, cuando los demás son crueles con nosotros, nos sentimos solos
          y muy lastimados.
          
          
          
          
          Muchas
          veces, cuando rezamos y hablamos de Dios en el mundo de hoy, los demás
          nos tratan cruelmente.
          
          
          
          
          Dios
          es todopoderoso, él controla todo. 
          Cada una de nuestras respiraciones y latidos del corazón
          dependen de Dios.
          
          
          
          
          Dios
          nos amó primero y nos manda que lo amemos.
          
          
          
          
          El
          mandamiento más grande de todos es amar a Dios con todo nuestro corazón,
          toda nuestra alma y toda nuestra mente.
           | 
  
    | 
 | La
  Coronación de Espinas
       
        
          Dios
          nos manda amar a él primero y amar a nuestro prójimo.
          
          
          
          
          Jesús
          sufrió por nosotros y pagó el precio de nuestros pecados con su
          sangre.
          
          
          
          
          ¿Por
          qué son los hombres tan rebeldes, tan llenos de orgullo que ignoran
          al Dios Omnipotente, quien les da su propia vida?
          
          
          
          
          Veamos
          a Jesús, coronado con espinas, su rostro cubierto de sangre. 
          El sufrió porque nos ama.
          
          
          
          
          Dios
          está ofendido por la rebeldía del hombre de hoy.
          
          
          
          
          Si
          vamos al cielo o al infierno depende de si amamos o no a Dios y si nos
          amamos o no unos a otros.
          
          
          
          
          Jesús
          nos enseña cómo amar, al entregarse por amor a nosotros.
          
          
          
          
          Jesús
          fue coronado con espinas. 
          El fue golpeado, su cuerpo fue rasgado, él sufrió ésto para
          que participaramos en su vida y vayamos al cielo algún día.
          
          
          
          
          Nuestra
          vida aquí en la tierra pronto terminará y estaremos en la otra vida
          en algún lugar de felicidad o castigo para siempre. 
          Amemos a Dios y a nuestro prójimo para que compartamos el gran
          regalo que él nos da, el regalo de la vida eterna en el cielo.
          
          
          
          
          Piensen
          en los hombres que azotaron a Jesús y lo coronaron con espinas. 
          Piensen en qué fríos eran sus corazones. | 
  
    | 
 | Jesús
  Con la Cruz a Cuestas
       
        
          "La
          gente gritó: ¡Crucifícalo! (Mc. 15:13)
          
          
          
          
          Le
          dieron a Jesús una cruz pesada, cargada con los pecados de todos los
          tiempos, la pusieron en su hombro y lo hicieron cargarla.
          
          
          
          
          La
          cruz estaba tan pesada que Jesús ya no podía cargarla. 
          El se dobló y cayó al suelo.
          
          
          
          
          Jesús
          se levantó y trató de moverse. 
          El vio el rostro de su amada Madre lleno de lágrimas.
          
          
          
          
          María
          miró los tiernos y apacibles ojos de Jesús cubiertos de sangre.
          
          
          
          
          Este
          era el niñito que ella cargó y ahora lo veía cubierto de sangre y
          llagas.
          
          
          
          
          María
          ama a Jesús con el amor más tierno.
          
          
          
          
          Es
          yendo al corazón de María como aprenderemos a amar a nuestro amado
          Jesús.
          
          
          
          
          El
          Espíritu Santo es el Esposo de María.
          
          
          
          
          El Espíritu
          Santo trabaja en el corazón de María para hacernos más santos, más
          semejantes a nuestro amado Jesús.
           | 
  
    | 
 | La
  Crucifixión y Muerte de Jesús
       
        
          Jesús
          fue clavado en la cruz.
          
          
          
          
          Jesús
          estuvo colgado en la cruz por tres horas.
          
          
          
          
          Su
          Madre, con un insoportable dolor, estuvo bajo la cruz y vio a su Hijo
          morir.
          
          
          
          
          Antes
          de morir, Jesús nos dio a su Madre María, como Madre nuestra.
          
          
          
          
          Nuestra
          Madre, María, nos ama.
          
          
          
          
          María
          vio a Jesús crucificado morir en la cruz. 
          Ella conoce bien el gran amor que Jesús nos tiene a todos.
          
          
          
          
          María
          quiere ser nuestra Madre y ayudarnos a amar a Jesús cada día más.
          
          
          
          
          Como
          hijitos de María, es importante que nos entreguemos a Ella y a su
          maternal cuidado.
          
          
          
          
          Si
          queremos paz y alegría en nuestra vida debemos entregarnos a María y
          a su divino Hijo.
          
          
          
          
          María
          dijo en Fátima que quiere que entreguemos nuestros corazones a ella y
          al Corazón de su Hijo. 
          Ella también dijo en Fátima que quiere que recemos el rosario
          todos los días. 
          Si hacemos ésto, tendremos paz en el mundo. | 
  
    | Misterios
      Gloriosos
 | 
  
    | 
 | La
  Resurrección
       
        
          Jesús
          resucitó al tercer día como lo había predicho.
          
          
          
          
          Cuando
          María Magdalena y otras mujeres llegaron al sepulcro, vieron que la
          piedra había sido removida.
          
          
          
          
          Aparecieron
          dos hombres en vestiduras deslumbrantes en donde Jesús había sido
          colocado.
          
          
          
          
          Los
          dos ángeles les dijeron a las mujeres que Jesús había resucitado
          como lo había predicho.
          
          
          
          
          Jesús
          fue a Emaús y les relató todas las escrituras, que se referían a él,
          desde Moisés hasta los profetas.
          
          
          
          
          Cuando
          Jesús se había sentado con ellos a comer, tomó el pan, pronunció
          la bendición, luego lo partió y lo empezó a distribuir entre ellos. 
          Con eso los ojos de los Apóstoles se abrieron y lo
          reconocieron, entonces Jesús desapareció de su vista.
          
          
          
          
          Jesús
          se apareció varias veces a los Apóstoles en el transcurso de 40 días
          y les dio el poder de bautizar y de perdonar los pecados. 
          
          
          
          
          Cristo
          murió para enseñarnos a vivir una vida nueva.
          
          
          
          
          Jesús
          vino para que tuvieramos vida en abundancia.
          
          
          
          
          Las
          buenas noticias son que Jesús ha muerto y que ha resucitado. | 
  
    | 
 | La
  Ascensión
       
        
          Fueron
          al pueblo de Betanía y Jesús les dio su bendición final. 
          
          
          
          
          
          Jesús
          levantó sus brazos y ascendió al cielo. 
          
          
          
          
          
          Ellos
          se quedaron en total asombro ante lo que había sucedido.
          
          
          
          
          Piensen
          en lo que sería ver a Jesús ascender físicamente al cielo.
          
          
          
          
          ¡Imagínense
          la tristeza en los corazones de los Apóstoles y María al ver a Jesús
          irse!
          
          
          
          
          Jesús
          no se ha ido. 
          El permanece con nosotros en su divinidad y humanidad en la
          Eucaristía hoy en día. 
          
          
          
          
          Jesús
          anhela que vengamos a recibirlo. 
          El espera que vengamos a estar con él ante el sagrario.
          
          
          
          
          Jesús
          se entregó en la cruz. 
          El se nos entrega ahora en la Eucaristía.
          
          
          
          
          Jesús
          nos amó tanto que murió por nosotros. 
          El resucitó para darnos vida nueva. ¡Al
          ascender al cielo nos dejó el regalo más valioso de todos -- él
          mismo, en la Eucaristía!
          
          
          
          
          Jesús
          dijo, "Juan Bautizó con
          agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo dentro de
          pocos días." 
          (He. 1:5) | 
  
    | 
 | La
  Venida del Espíritu Santo
       
        
          Los
          Apóstoles estaban llenos de miedo y se encerraron en el cuarto
          superior.
          
          
          
          
          Cuando
          el Espíritu Santo descendió sobre María y los Apóstoles, ¡qué
          alegría para el corazón de María!
          
          
          Jesús
          había prometido enviar al Espíritu Santo. 
          Un gran viento sopló y aparecieron lenguas de fuego sobre sus
          cabezas.
          
          
          Todos
          se llenaron del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas
          extranjeras.
          
          
          
          
          ¡Qué
          alegría para María ver a los Apóstoles transformarse de temerosos
          en hombres valerosos!
          
          
          
          
          Oh,
          Espíritu Santo, ven a nosotros y llena nuestros corazones con el
          fuego de tu amor.
          
          
          
          
          Cuando
          estemos llenos de temor, haznos valientes y generosos.
          
          
          
          
          Que
          anhelemos tener el valor para hacer todo lo que Dios nos pide. 
          Oh, Espíritu Santo, danos este valor.
          
          
          
          
          Espíritu
          Santo, dirígenos a una íntima unión contigo, con el Padre, con el
          Hijo y con su bendita madre, la virgen María.
          
          
          
          
          Oh,
          Espíritu Santo, enciéndenos en el fuego del amor a Dios.
          
           | 
  
    | 
 | La
  Asunción de Nuestra Señora al Cielo
       
        
          Muchos
          años después de la muerte de Jesús, María fue llevada al cielo.
          
          
          
          
          Imaginémonos
          la alegría de María al estar unida para siempre con su amadísimo
          Hijo.
          
          
          
          
          Imaginémonos
          la alegría de María al estar unida con el Padre y el Espíritu
          Santo. 
          Ella contempla desde entonces el rostro de Dios.
          
          
          
          
          María
          vivió toda su vida al servicio de Dios. 
          Ahora ella fue llevada a su morada eterna.
          
          
          
          
          María
          no se ha ido. 
          Permanece para siempre con nosotros. 
          Ella está donde está Jesús. 
          Es nuestra Madre espiritual. 
          María está siempre a nuestro lado. 
          ¡Ella nos ama con amor maternal!
          
          
          
          
          ¿Quiénes
          somos para tener a María como nuestra Madre?
          
          
          
          
          María
          lo vivió todo: Fue una María joven. 
          Una María adulta, una María angustiada, una María alegre. 
          ¡María, es un reflejo vivo de Cristo, su Hijo!
          
          
          
          
          Conocer
          a Cristo es verlo a través de los ojos de María, sentirlo a través
          de la maternidad de María, amarlo a través del corazón de María.
          
          
          
          
          María
          intercede siempre por sus amados hijos. 
          Ella está atenta a cada una de nuestras necesidades.
          
          
          
          
          El
          Cielo es nuestro verdadero hogar. | 
  
    | 
 | La
  Coronación de Nuestra Señora
  
       
        
          "Apareció
          en el cielo una señal grandiosa: una Mujer, vestida del sol, con la
          luna bajo sus pies y en su cabeza una corona de doce estrellas."
          (Ap. 12:1)
          
          
          
          
          María
          fue coronada Reina del Cielo y de la Tierra. 
          ¡Nuestra amadísima Madre reina ahora en las cortes
          celestiales!
          
          
          
          
          ¡Imaginémonos
          la alegría de María al escuchar los coros de voces angelicales! 
          ¡Imaginémonos su alegría al ver a los ángeles y a los
          santos alabando a Dios!
          
          
          
          
          María
          -- quien cargó al niño Jesús en su vientre, que lo abrazó, que
          caminó a su lado durante su Pasión, que estuvo bajo su cruz, que
          abrazó su cuerpo sin vida y lo vio sepultar - ahora está coronada
          como Reina del Cielo.
          
          
          
          
          Si
          permanecemos fieles al Señor hasta la muerte, nosotros también
          recibiremos una corona de vida. 
          En el cielo disfrutaremos todos los bienes.
          
          
          
          
          ¡Grandes
          tesoros habrá para nosotros en el cielo! 
          El ojo no ha visto. 
          ¡El oído no ha escuchado las glorias que le esperan a aquel
          que le sirve al Señor!
          
          
          
          
          El
          Cielo es el Reino de Dios. 
          Nosotros somos sus herederos.
          
          
          
          
          No
          habrá más sed por la unión con Dios, ni más anhelo por él. 
          Pues entonces experimentaremos una viva e intensa unión con él
          para siempre.
          
          
          
          
          Nunca
          nos volverá a faltar el amor. 
          Conoceremos y gozaremos el amor de Dios.
          
          
          
          Contemplaremos
          el rostro de Dios y viviremos felices para siempre. |